1.Dieta
Mediterránea:
España, Grecia
e Italia Sus beneficios han sido estudiados desde los años 70. Se ha comprobado
que incluso el aceite de oliva puede ayudar a perder peso y a reducir el riesgo
vascular. Se basa en el consumo de frutas, verduras, cereales integrales,
legumbres, frutos, secos y aceite de oliva. Incluye carne, pescado y vino
tinto.
2.La Nueva
Dieta Nórdica:
Dinamarca,
Finlandia, Islandia, Noruega y Suecia. Esta versión de la dieta nórdica incluye
un 35% menos de carne que la clásica, más cereales integrales. Es similar en
algunos alimentos a la Mediterránea, pero en lugar de aceite de oliva emplea
como grasa mayoritaria el aceite de canola, en lugar de pan los cereales suelen
ser avena y centeno y frutos locales como las cerezas. Como carnes incluyen el
reno y como pescado el salmón. A esta dieta se le atribuye un impacto positivo
en la eliminación de la grasa abdominal
3. Dieta
Tradicional Okinawa
Japón Es un
régimen hipocalórico rico en frutas y verduras que se impuso en los duros años
anteriores a la II Guerra Mundial. Se compone de boniatos, arroz, vegetales de
hoja verde y amarilla, soja y tofu y cantidades pequeñas de pescado, carne
magra y te. Se considera que es la responsable de las altas tasas de longevidad
de la población de la isla de Okinawa.
4. Dieta
Tradicional Asiática.
China Esta
dieta es el resultado de un estudio realizado en los años 90 para elaborar un
Pirámide de la Comida Asiática que priorizó el arroz, los noodles, los cereales
integrales, las legumbres, las semillas, las verduras y los frutos secos. El
pescado y el marisco, como opciones para algunos días y los huevos y el pollo,
para una vez a la semana. A esta dieta se le atribuyen las bajas tasas de obesidad,
diabetes y enfermedades cardiovasculares de los países del continente asiático.
5. La Paradoja
Francesa.
Francia Los
franceses tienen una de las más bajas tasas de obesidad del mundo y una alta
esperanza de vida a pesar de tener una dieta rica en grasas como la
mantequilla, el queso, el yogur entero, el pan y el chocolate. Los científicos
creen que la paradoja francesa se explica por el estilo de vida de los
franceses más que por lo que comen. Por ejemplo, se sirven porciones pequeñas,
no comen entre horas, van caminando a todas partes y comen muy despacio.
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